Esta breve ruta asciende desde el pueblo de Casarabonela. Tomaremos el antiguo camino de La Dehesa, que era el enlace de Casarabonela con la vía romana que comunicaba el Valle del Guadalhorce con la Serranía de Ronda. En muchos tramos veremos cómo se conserva el empedrado, así como los vierteaguas y canales laterales.

Pronto pasamos junto a la fuente de los Hornaos, un manantial que mantiene el cauce de agua casi todo el año. Pasamos luego junto al Tajo del Naranjal, cortado a pico, y un poco más adelante por el Llano Cristóbal, donde hallamos un pequeño refugio rodeado de fragosos pinares de repoblación.

Merece la pena asomarse al mirador del Llano Cristóbal, situado en la parte trasera del refugio, para contemplar la panorámica del valle del Guadalhorce y Casarabonela asentado en las laderas de la montaña.

El regreso lo realizamos por una pista asfaltada que sale a la izquierda y que permite asimismo el tráfico de vehículos para llegar al lugar.

Este itinerario cuenta con un amplio repertorio botánico mediterráneo tanto en lo que se refiere a arbustos como a árboles. Así, a lo largo de todo el recorrido se podrán ver especies propias de estos ecosistemas, como enebros, sabinas, coscojas, cornicabras, matagallos, aulagas, pinos o marrubios, entre otras.

La riqueza acuífera de la zona hace que en algunas zonas también haya plantas más propias de ribera, como adelfas, zarzamoras, juncos, higueras o menta.

En lo que se refiera a fauna, en torno a los cortantes calizos se ven aves como las palomas torcaces y los aviones roqueros (familia de los vencejos). En la zona de bosque suele haber pinzones, carboneros, garrapinos o arrendajos, entre otros pájaros. Ocasionalmente se pueden ver algunas rapaces, como el águila perdicera. Mucho más complicado resulta ver a algunos mamíferos que merodean la zona, como la cabra montés o el jabalí.